La nueva agrupación, Sargi, aglutina a un total de 21 organizaciones del territorio
La plataforma se creó en 2005 pero hasta ahora no tenía personalidad jurídica "ni reconocimiento" institucional
Jorge Napal - Jueves, 14 de Abril de 2011 - Actualizado a las 05:37h
Donostia. El tercer sector comienza a cobrar creciente protagonismo en Gipuzkoa. Si hace unos días era la comunidad gitana la que aglutinaba fuerzas para reivindicar sus derechos con motivo de su día internacional, representantes de 21 entidades sociales hicieron ayer lo propio en Donostia, con la puesta de largo de Sargi, la asociación que aspira a convertirse en la interlocutora formal ante la Administración.
Los llamamientos de la Diputación hacia el llamado tercer sector han sido constantes durante esta legislatura. El Ejecutivo foral mantiene que el asociacionismo es una herramienta imprescindible, un pilar garante de unos servicios que, de otro modo, no se podrían ofrecer en un contexto económico tan poco propicio. De hecho, el propio diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, juzgaba imprescindible hace unos días, en declaraciones a este periódico, la necesidad de abrir un debate tras las elecciones para abordar el modo de financiar unos servicios sociales cuyo futuro parece incierto.
Es en esta situación en la que las asociaciones que trabajan con los colectivos más desfavorecidos y en riesgo de exclusión las que parecen interiorizar la necesidad de aunar sus fuerzas, tal y como quedó patente. Reivindican el papel del tercer sector para influir en la toma de decisiones de las instituciones.
Tras ese afán se hacía pública ayer la entidad jurídica de Sargi, asociación que a partir de ahora representará en foros, comisiones de trabajo y encuentros con las instituciones a 21 agrupaciones sociales, que aglutinan a 836 trabajadores, 4.135 voluntarios y un total de 55.360 usuarios. Entre las asociaciones se encuentran algunas de reconocido prestigio, como Cáritas, Cruz Roja, SOS Racismo o la Fundación Hurkoa, entre otras muchas.
Se trata de una iniciativa que surge "de la necesidad de dotar a las entidades sociales de una perspectiva territorial en la defensa común de los derechos de colectivos de personas desfavorecidas", sintetizó la presidenta de Sargi, Igone Virto, en una conferencia de prensa celebrada en Donostia.
"Mayor reconocimiento" En realidad, la plataforma se creó en 2005 y desde entonces existe una trayectoria del grupo más o menos coordinada. Pero la asociación cuenta desde ayer con una entidad jurídica que sus promotores desean ofrezca un "mayor reconocimiento ante las instituciones", corrigiendo así una dinámica instalada hasta ahora, por la cual estas asociaciones no conseguían hacerse demasiado eco.
La vicepresidenta de esta plataforma, Nerea Kortajarena, detalló que el nuevo impulso que se ha pretendido imprimir a la asociación viene determinado por el marco actual en el que se mueven las entidades. "El desarrollo de la nueva Ley de Servicios Sociales nos va a afectar a todos, y por eso necesitamos estar organizados y llevar a cabo una interlocución con las administraciones", suscribió.
Estas entidades guipuzcoanas quieren establecer mecanismos de coordinación con las organizaciones sociales de Bizkaia y Álava, con el fin de llevar a cabo una interlocución unitaria ante el Gobierno Vasco.
Las asociaciones implicadas ofrecen servicios de lo más variados, desde acogida a información y orientación, pasando por formación ocupacional y socioeducativa, entre otras muchas prestaciones.
Los llamamientos de la Diputación hacia el llamado tercer sector han sido constantes durante esta legislatura. El Ejecutivo foral mantiene que el asociacionismo es una herramienta imprescindible, un pilar garante de unos servicios que, de otro modo, no se podrían ofrecer en un contexto económico tan poco propicio. De hecho, el propio diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, juzgaba imprescindible hace unos días, en declaraciones a este periódico, la necesidad de abrir un debate tras las elecciones para abordar el modo de financiar unos servicios sociales cuyo futuro parece incierto.
Es en esta situación en la que las asociaciones que trabajan con los colectivos más desfavorecidos y en riesgo de exclusión las que parecen interiorizar la necesidad de aunar sus fuerzas, tal y como quedó patente. Reivindican el papel del tercer sector para influir en la toma de decisiones de las instituciones.
Tras ese afán se hacía pública ayer la entidad jurídica de Sargi, asociación que a partir de ahora representará en foros, comisiones de trabajo y encuentros con las instituciones a 21 agrupaciones sociales, que aglutinan a 836 trabajadores, 4.135 voluntarios y un total de 55.360 usuarios. Entre las asociaciones se encuentran algunas de reconocido prestigio, como Cáritas, Cruz Roja, SOS Racismo o la Fundación Hurkoa, entre otras muchas.
Se trata de una iniciativa que surge "de la necesidad de dotar a las entidades sociales de una perspectiva territorial en la defensa común de los derechos de colectivos de personas desfavorecidas", sintetizó la presidenta de Sargi, Igone Virto, en una conferencia de prensa celebrada en Donostia.
"Mayor reconocimiento" En realidad, la plataforma se creó en 2005 y desde entonces existe una trayectoria del grupo más o menos coordinada. Pero la asociación cuenta desde ayer con una entidad jurídica que sus promotores desean ofrezca un "mayor reconocimiento ante las instituciones", corrigiendo así una dinámica instalada hasta ahora, por la cual estas asociaciones no conseguían hacerse demasiado eco.
La vicepresidenta de esta plataforma, Nerea Kortajarena, detalló que el nuevo impulso que se ha pretendido imprimir a la asociación viene determinado por el marco actual en el que se mueven las entidades. "El desarrollo de la nueva Ley de Servicios Sociales nos va a afectar a todos, y por eso necesitamos estar organizados y llevar a cabo una interlocución con las administraciones", suscribió.
Estas entidades guipuzcoanas quieren establecer mecanismos de coordinación con las organizaciones sociales de Bizkaia y Álava, con el fin de llevar a cabo una interlocución unitaria ante el Gobierno Vasco.
Las asociaciones implicadas ofrecen servicios de lo más variados, desde acogida a información y orientación, pasando por formación ocupacional y socioeducativa, entre otras muchas prestaciones.
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